Existe en muchas tradiciones ancestrales la práctica de la ablución. Un sumergirse en una fuente de agua natural, sea un mar, un lago o un río al iniciar el día y así quedar presto a las labores cotidianas.
Es importante en la ablución sea sumergida la cabeza, la zona de la coronilla especialmente, para así activar las conexiones entre el cuerpo grueso y el cuerpo sutil. Pero aún cuando una ablución no sea posible, por la lejanía de un mar, lago o río, de todos modos una ducha de agua fría puede recrear de cierto modo el efecto que se logra con la ablución;
Un despertar del cuerpo y una liviandad de pensamiento.